viernes, 29 de octubre de 2010

Medicina Colonial - Enfermedades traidas por migraciones

Desde la conquista de América por los europeos, la tierra recién descubierta se vio amenazada por la difusión de nuevas enfermedades epidémicas para estas zonas. Para comprender mejor esta realidad, veremos los puntos de vista de Bustíos y Salaverry, quienes en su texto Historia de la Salud en el Perú, señalan lo siguiente:
“Las enfermedades epidémicas fueron una de las principales causas de la llamada “catástrofe demográfica del siglo XVI” de la poblaciones indígenas en América Latina. Más precisamente, cuando el aislamiento del Nuevo Mundo fue roto por la conquista, la América india también inició contacto con microorganismos patógenos del viejo mundo, que provocaron epidemias caracterizadas, durante el primer siglo colonial, por su rápida propagación y su alta letalidad.”[1]
Según lo afirmado, en la cita anterior, la despoblación indígena no sólo obedeció a la crisis política y social que trajo como consecuencia rebeliones y muerte, sino que debemos contemplar otros factores como la salubridad.                                      
A causa de esto se notó una reducción en el porcentaje de la población indígena, lo que amenazaba a los intereses de los españoles. Los nativos eran necesarios para los españoles, porque ayudaban en las labores domésticas y pagaban tributo.
Algunos indígenas ante esta situación pudieron resistir con el paso del tiempo, haciéndose más resistentes y a la vez los gérmenes se volvieron menos virulentos. Una de estas plagas fue la viruela, tan contagiosa que aparte de acabar con la población de las ciudades colindantes llegó hasta las colonias de República Dominicana  y Argentina. En la ciudad del Cuzco, además de la viruela, el sarampión se presentó de manera mortal, ya que los que resistían a esta enfermedad les dejaba otra, que era la lepra, terminando por matarlos; todas estas y otras más, llegándose a estimar 17 enfermedades diferentes, se dieron durante el siglo XVI. Pasada la época colonial, los nativos siguieron amenazados por las mismas y nuevas epidemias que se propagaban, y es a inicios del siglo XVIII que llega al Perú la fiebre amarilla traída desde Brasil y por ser de parte selvática fue la fuente de mayor  propagación en esa época; esta fiebre como ya mencionamos fue traída por los tripulantes que venían de Brasil, que al colonizar la selva peruana, produjo el contagio de aborígenes. Esta enfermedad  era muy  rara, así  que  encontrar una cura demoró buen tiempo, fue llamada también vómito negro.
El mundo andino, exactamente el Alto Perú, fue alcanzado por estas numerosas epidemias, a la vez nacieron o aparecieron nuevos vectores como la pulga, mosquitos, ratas y otros. Los datos recogidos mostraban que la población padecía y sufría mortíferas fiebres. Una de ellas fue la llegada de  la Malaria o Paludismo, tan aterradora fue su presencia que la gente de los pueblos se asentaban en las alturas de los andes, ya que no podían seguir en contacto con la costa y sobre todo con la selva.
La muy conocida lepra llegó al sur, proveniente de las personas que escapaban del centro y por más que la gente los rechazaba, esta ya se propagaba muy rápido, los portadores de dicha enfermedad eran los negros esclavos provenientes de África, los cuales fueron aislados para así evitar su propagación a la comunidad.
Otra enfermedad que apareció de improviso en el Perú  es la rabia humana, en 1803, más adelante en 1807 y 1808 regresó con mayor presencia en Lima, Arequipa e Ica, observándose  en estas ciudades una mayor disminución poblacional.
Frente a esta y las demás enfermedades epidémicas las autoridades locales comenzaron a adoptar las medidas que ayudaron al tratamiento y no propagación, usando estas de manera inmediata, algunas fueron:
Ante la situación de la viruela en 1805, esta se pudo controlar gracias a la campaña de vacunación masiva, luego de un período de tiempo esta reapareció en 1818 pero de manera leve, la cual fue la última epidemia de viruela.
Con respecto a la malaria, los nativos se dieron cuenta de las virtudes de la Quina, estos pensaron que al atacar a una enfermedad cálida sería bueno contrarrestarla con una planta cálida y fue así como la Quina mejoró a gran parte de la población, este fue el motivo por lo cual hoy se encuentra graficada en el Escudo de la Nación.
Y aún habiendo entradas y salidas de personas a los países europeos, a partir de la conquista, es en la colonia, misma que se comenzó un gran logro sobre las epidemias.


[1] Cfr. Bustíos y Salaverry 2009:44


BIBLIOGRAFÍA
  • BATRES, Milla  y HAMPE  Martínez, Teodoro (1993) Perú histórico 1. La caída del imperio Inca y el surgimiento de la colonia. 1ª. ed. Lima: La República.
  • BURSTEIN, Zuño (2001) Revisión histórica del control de la Lepra en el Perú, pp.12-20. En: Revista Peruana de Medicina Experimental y Salud Pública, vol. 18, Nº. 1-2
·  BUSTÍOS, Carlos y SALAVERRY, Oswaldo (2009) Historia de la salud en el Perú. 1ª.ed.Lima: Academia Peruana de Salud.
·   FRISANCHO, David (1996) Las dos últimas epidemias de viruela en el Perú, pp. 54-57. En: Revista Perú Epidemial.
  • GUERRA, Francisco (1983) El intercambio epidemiológico tras el descubrimiento de América, pp. 19-40.   En: Anales de las Primeras Jornadas de Historia de la Medicina Hispanoamericana.
  • LIVI BACCI, MASSIMO (2003) Las múltiples causas de la catástrofe: Consideraciones teóricas y empíricas, pp. 31-48. En: Revista de Indias, vol. LXIII, Nº 227
·   SCHOIJET,   Mauricio (1999)   Epidemias y catástrofes demográficas, pp. 23-29. En: Revista de Neuro-Psiquiatría del Perú, Tomo LXII Marzo, Nº1.

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